Thursday, April 25, 2013

Jack Frost: el come pasteles




Había una vez 3 hermanas la mayor era Perla la mediana era Clara y la chica era Violetta . Perla se iba a casar con el duque de Francia e iba a invitar a sus hermanas para que fueran las damas de honor.
Clara y Violetta estaban muy emocionadas. Cuando les ensañaron su cuarto les encantó, sus camas estaban preciosas y muy suaves y aparte había un túnel secreto donde vivía Jack Frost el rey de la nieve. A él le encantaban los pasteles y quería robar el pastel de la boda.
Un día las niñas quisieron explorar el túnel y lo vieron. Cuando supieron lo que estaba planeando se preocuparon muchísimo porque iba  a arruinar la boda de su hermana Perla.
Llego el día de la boda de Perla con el duque de Francia. De pronto apareció Jack Frost , que trato de llevarse el pastel, Violetta y Clara lo detuvieron, pero él lanzó una bola de nieve. Ellas lo esquivaron y la bola rabotó y Jack Frost desapareció, y la boda empezó y terminó y fueron felices para siempre.

FIN

Nos vemos luego en el próximo libro

Sunday, February 12, 2012

La Navidad Hechizada

ROSA Y EL MAGO GREGORIO
por Emilia

Había una vez un cuento de Navidad donde una niña más bonita que las demás se sentía diferente. Sólo un niño la quería y era muy buen niño. Ellos dos se querían mucho.

Un día estaban caminando por el bosque y se encontraron una casa donde vivía el mago Gregorio. Ellos no sabían que ahí vivía él, ni lo conocían.


En el sexto paso estaba el palacio de Rosa, la niña bonita y ahí abajo había un bosque donde vivía el mago Gregorio.


Años atrás

Cuando Rosa, era bebé la habían hechizado. Y otro día cuando la niña ya era más grande en el anochecer cuando sus papás se fueron a dormir llegó un mago que era Gregorio. Era muy feo y si convertía a una niña en la más bonita dos veces no iba a ser feo.

Entonces ya dijimos que si el mago soplaba lo normal de la niña, no iba a ser tan feo. Iba a ser normal. Entonces la noche que acabamos de decir en el cuento, Gregorio llegó al cuarto de la princesa y de pronto sopló un gran aire y la princesa que era normal al otro día estuvo muy muy muy bonita. Sus papás al verla dijeron “¿Quién será?”. Ellos ya conocían al mago Gregorio y pensaban si había sido él o alguien más.



El Mago Gregorio
El mago Gregorio se moría si le aventaban nieve pero había algo difícil. Era invisible y sabían que era feo porque tenían un ojito para ver porque si estaban dormidos al otro día se levantaban y entonces se dirigían a ver el ojito y aparecía la foto de lo invisible.

Cuando era de noche, el mago Gregorio, se ponía invisible pero cuando era de día era colorido y todos los viernes, sábados y domingos se disfrazaba de una gente normal.



Un día cuando Rosa y su amigo Miguel salieron al bosque, el mago Gregorio como pensaron que su casa era bonita pues se convertía en bonita para que los niños pensaran que era de gente buena y quisieran entrar.

Gregorio los atrapó. Los niños estaban gritando “¡Auxilio!” pues el mago no tenía tapabocas.

De pronto apareció la reina de las hadas porque adivinaba el futuro y había visto que los niños estaban en aprietos.
-¡Gregorioooooo! ¡Suelta a los niños!. Le gritó.
-¡Ja, ja, ja! - se rió Gregorío- ¡Ja, ja! No los suelto.

Pero la reina de las hadas rompió las cadenas y los niños se fueron corriendo al palacio. Sus papás les dijeron que tenían que aprender una lección que cuando se sale un niño y no le dice a sus papás pueden ponerse en problemas. Los niños pidieron perdón y al decir eso la niña hechizada se volvió normal y todos en Navidad volvieron a ser felices sin preocuparse del Mago Gregorio.

El mago Gregorio nunca más volvió a molestar. Había aprendido la lección que le dio la reina de las hadas quien le dijo: Tienes que aprender la lección. ¡Tú no puedes estar hechizando a todos los niños Gregorio!
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Daremos un aplauso al Cuento de la Navidad Hechizada.


Sobre el cuento

Este cuento lo escribí en el avión de México D.F. a Cancún y se lo dedico a mis seres queridos en esta Navidad.
El nombre del Mago lo tomé del papá de Mónica Delgado porque me gustó.

Friday, August 06, 2010

Las Niñitas Bonitas y El Pony

por Emilia


-¿Qué te parece Emilia si escribes un cuento sobre los cursos de verano?
-¡No, mamá, mejor qué te parece si mejor vamos a escribir un cuento sobre Mi villano favorito, como el de la película!

Las niñitas bonitas
Había una vez una niñita que fue a muchos cursos de verano y no le gustaron y luego conoció a un villano y fue su papá y fue su mamá . Y después creció y se llamaba Ana Regina y tuvo muchos hijitos las niñas se llamaban Ana Reginas, y los niños Manuel y Miguel y Juan. Pero un día los lobos casi se comen al bebé pero no se los comieron porque les echaron pritt y se murieron, se pegaron y se los comieron y tan tan, ya se terminó.


-Es que mejor quiero hacer el cuento de un Pony…

Pony muy muy bonito con la niñita muy bonita

Había una vez una niñita muy bonita y tenía una mamá y un papá y un bebé pony que era su mascota favorita. La niña era de pelo güero doradito y su piel era muy muy blanquita como Mónica ,que está muy loquita,


- Mi mamá está vestida de reina porque yo la vestí.
- ¿Y eso qué tiene que ver con el cuento?
- Nada pero escríbelo para que se lo mandemos a papá a su oficina y lo lea y sepa que estás disfrazada.
- OK.

Un día se quiso llevar al pony a la escuela pero la maestra le dijo: “no puedes traer niños, ni bebes animales a la escuela”, y ella se fue a su casa y luego a casa de su amigo Marco a conocer su casa y a comer unas galletitas y a hacer galletitas y a llevarse un browinie y un pastel a su casa y luego se hicieron hermanos y tenían dos casas, porque una la del hermano que estaba super cerquita y la de la niña que estaba super cerquita y eran vecinos. Luego se fue a su casa a dormir y se fue a la escuela. Se llamaba Regina tenía 5 años y quería mucho a sus papás. Se portaba muy bien. Colorín colorado este cuento se ha acabado.
El Señor Gato


-¿Qué es eso de "El Señor Gato"?
- Era un humano pero le decían el Señor Gato, y es que él me contó el cuento a mí. O sea que era mi papá de cuando era joven y se llamaba en verdad en verdad Luis Miguel, así como este papá pero era otro papá.



Este cuento lo contó Emilia este verano que no ha querido ir a cursos de verano mas que cuando no queda de otra porque su mam{a tiene alguna cita de trabajo. Pero ayer sí fue a uno porque la invitó Andrea una amiga suya de 9 años que está "trabajando" ahí y resultó que era la escuela de la vecina que tiene tres niñas y pues Emilia está contenta de tener 3 vecinas de su edad.

Thursday, July 08, 2010

Emilia, el hoyo, la hormiga y el príncipe

por Emilia


Emilia acepta ser una niña consentida. Pero dice que cuando era joven ella también tenía miles consentidas y 10 consentidos. Y se llamaban una se llamaba Mili (como Militza) otra Emily , otro se llamaba Emilio (y alza las cejas como pícara, como el hermano de Tatiana y Julia) otro Santiago, otra Ana, y otra BetyLu (aunque a su mamá no le gusta ese nombre, ni el de Renata que a ella le gusta tanto). Estos consentidos eran sus hijos, que la cansaban, porque sabes cuántos años tenían …. ¡dos! Y además ya hablaban ¡¡¡bien bien!!! Primero tenía que ver al chiquitito que tenía que llevar a la escuela , donde estaba todo el día mientras ella trabajaba. O en la guardería. A los de dos años, los dejaba con las nanas. Su esposo estaba loquito siempre porque así nació.
Una vez fueron a una fiesta y la fiesta se arruinó porque no vino el invitado, no digo, no vino el cumpleañero y entonces se arruinó y ya. Además no tenían donde hacer pipi en la calle, pues no había escusados sino unos hoyos de madera. Y ¡qué crees!, dice Emilia, en mi casa sí había baños, pero afuera y en casa de mi amigo había un hoyo donde si hacías pipi te podías caer. Adentro había una hormiga roja y te podía morder, empujar o echar al lodo si estabas limpiecita. Aunque la hormiga era pequeñita pero tenía muchísima familia. También tenía un amigo león. El también la podía empujar al lodo y si te empujaba era ¡peor! y te podía morder. Nunca se habían dado cuenta que un invitado se había caído ahí hasta que un día se asomó (su amigo el que hizo la fiesta) y se calló también y le dijo “por qué estás aquí”, “pues porque me caí” y de ese que se cayo, el invitado, se murió la esposa, a no me equivoqué, se murió un bebecito que tenían.
Después vino un príncipe de Disney que tenía un teléfono de policía porque en realidad era policía y los ayudó al amigo y al invitado a salir del hoyo. Y luego fue el cumpleaños de Emilia y se casó otra vez porque qué crees, dice Emilia, porque mi esposo ya no quería estar conmigo. Y entonces se consiguió a un príncipe que conoció porque vivía ahí pero en un cuarto que sí había escusado y corrió arriba y la conoció y le dijo “quién eres” y ella le contestó “Renata (aunque a su mamá no le guste ese nombre)”. Y ese príncipe era el mismo que había salvado al amigo y al invitado. Y sabes donde vivía el invitado, en Francia y la mamá del invitado en Italia y el papá en Japón. Yo viví en Japón igual, dice Emilia. Viví ahí con el príncipe y también viví ahí cuando no me había casado, cuando lo de los amigos y cuando se cayeron y todo lo que ya te platiqué. Colorín colorado.



Este cuento lo escribió Emilia unos días después de haber visto la película de "Alicia en el País de las Maravillas".

Wednesday, February 03, 2010

Ani Adriana

por Emilia

Para Adriana de su cumpleaños

Había una vez una niña que se llamaba Ani Adriana, era morenita, de pelo clarito y ojos verde obscuros. Le gustaba jugar con la abuela que era su hermana. Hasta que un día llegó Emilia y se puso a jugar con Ani. Jugaban a nada, porque colorin colorado este cuento se ha acabado. Princensas de Disneylandia. Mi princesa favorita es Bella y mi otra princesa favorita es Aurora. Ani te quiero y te amo. Te voy a enseñar cuáles son mis princesas favoritas en Disney. Eres mi madrina favorita, porque me prestas todos tus taconazos.

Saturday, December 19, 2009

Folindaun

por Emilia

El primer Folindaun cuando nació vivía en Mérida cuando no había peluquerías. Tenía el pelo largo y estaba bien asoleado. Yo y mi esposo también teníamos el pelo largo.
Su escuela se llamaba Kole Kanbal y el trabajo de mi esposo era vender sillones. Mi trabajo era vender cortinas, ¡ah! No. Me equivoqué, era vender computadoras.
Un día Folindaun cuando no estábamos, pues habíamos ido a Superama, se metió al escusado y se echó veneno. Es que a lado del baño estaba el veneno. Y luego le jaló. Y se murió. Pero el papá que se llamaba Miguel, sí estaba en la casa, y lo regañó y me dijo que se había echado veneno y que le había jalado.
Todos estábamos llorando pero un día que fuimos a casa de Paty, Milipsa me regaló al otro Folindaun quien se fue a meter a la regadera, ya tenía quince años y se metió a la regadera, se baño y se fue a la escuela y se fue a jugar football, salió de la escuela y se fue a dormir a la casa.
Un día vino un ángel que se llamaba María y trató de sacarlo y lo logró y nos lo trajo y estábamos enojados todos con él. María también estaba enojadísima y también Dios.



Este cuento lo escribió Emilia sobre su muñeco Folindaun que le regaló Militza en una visita a México donde la vimos en casa de Paty. (Militza y Paty son amigas de su mamá desde el Kinder)

Tuesday, September 23, 2008

Hoy 22 de Septiembre

Hoy, precisamente hoy, 22 de septiembre, empezó aquello tan temido. Aquello que los futuros padres temen y a lo que los padres huyen. Hoy en casa de la familia O empezaron los porqués.
Mientras el Sr. O se preparaba para ir a su clase de Spining, Emilia le preguntó:
- ¿ya te vas papá?
- Sí, Emilia, voy al gimnasio.
- ¿Poqué?
- ¿Ves esto?, le preguntó el Sr. O enseñándole la carne acumulada al rededor de su cintura.

Pero la niña no entendía la relación que eso tenía con su pregunta, por lo que el Sr. O le explicó que eso no era algo estéticamente bello, y que ella no estaría orgullosa de aquello por lo que precisaba ir al gimnasio para eliminarlo.
La Sra. O que observaba atenta la conversación, intervino pensando que la niña se llevaría una decepción cuando su padre regresara del gimnasio.
- Emilia, es necesario que todos hagamos ejercicio para estar sanos, fuertes y felices. Tú vas a clases de natación, yo hago yoga, y tu papá va al gimnasio.

Emilia entendió mejor aquella respuesta, pero eso no impidió que comenzara algo que ya no pararía. Durante los 15 minutos que su papá tardó en irse, no dejó de preguntarle:
- ¿ya te vas papá?
- Sí, Emilia, voy al gimnasio.
- ¿Poqué?

Saturday, September 20, 2008

Las Frases del Verano

¡Ay! Qué bonito mamá: de los aretes o cualquier cosa que le parece estéticamente atractivo.

Eame vee una cosa aquí: cuando está ocupada con sus libros o juguetes y no quiere que el adulto intervenga o le pida hacer algo diferente a lo que está haciendo.

Echucha: cuando quiere que le pongas atención a lo que te está diciendo.

¡Qué buena onda!: expresa que algo le parece bien.

¡Qué mala onda!: cuando cuenta que se incendio la comer.
¡Sí se puede!, ¡Sí se puede!: cuando algo parece difícil y alguien necesita un incentivo.

¡Vanonos!: cuando definitivamente ya no quiere seguir ahí.

¿o qué?: remedo que hace cuando escucha a su abuela concluir alguna frase.

A voy o Aoita voy: cuando va a ir pero todavía no.

Camen: cuando quiere que escuchar la obertura de la ópera de Bizet.

Estoy ocupada poque las tieras y bis papeles: cuando no quiere hacer caso a sus papás y está cortando papelitos con sus tijeras para después pegarlos.

Hay que cortarlo poque está grande: cuando hay tijeras cerca y tiene ganas de hacer más chico algo.

Lo siento: lo que tiene que decir cuando hace algo indebido.

Mamos a hace un tato: lo ha oído a su mamá cuando quiere negociar algo con ella y lo emplea cuando quiere conseguir algo de buena forma, pero lo que aún no sabe es que no sólo se usa para pedir sino que también tiene que dar algo a cambio.

Matatonio, no es agua es tequila: Lo que le dice a su abuelo mientras le da en la boca su botana y el tequila.

¡No lo puedo creer!: no lo usa de forma muy acertada pero lo está intentando.

No se vale: cuando se trata de mordidas y jalones de pelo que le propinan otros.

No soy cotorro soy Emilia: cuando la abuela hace alarde de su elocuencia.

No yo, tu quita a mano poque te machucas: cuando quiere hacer las cosas sola y sin intromisión.

O.K.: cuando quiere asegurarse de que vas a cumplir sus órdenes.

Shí: afirmación

Vete a León: frase que inició con Arrianita que llegó de León a visitarla y de quien sentía celos porque todos los días se iba a trabajar al hotel con su papá. Posteriormente se volvió una máxima para mandar lejos a quienes nos molestan.

Thursday, April 24, 2008

La escuela y otras calamidades

Enero 2008

Carta a la primera Miss

Miss Lety;
De antemano gracias por su comprensión, es difícil como mamá dejar a mi bebé y no tener la certeza de que ella sabe que es sólo por un ratito y que estará más feliz ahí que acompañándome a hacer diligencias o luchando conmigo y con sus abuelos para que dejemos el trabajo y juguemos con ella.
En fin, como todo crecimiento en la vida implica una adaptación y un poco de dolor, que espero pase muy pronto.
Como usted sugirió, le escribo aquí algunas cosas que es importante saber de Emilia y otras que la ayudarán a entenderla y establecer más rápido un vínculo.
Emilia ha estado desde que nació siempre en compañía de su papá, sus abuelos maternos, o mía, nunca la he dejado en guardería, ni sola o acompañada de alguien que ella no reconozca como parte de la familia. En la casa sólo tiene contacto con adultos, por eso cuando ve niños, se pone feliz, especialmente le llaman la atención los bebés a los que llama “nené” parando los labios como si fuera a tocar una trompeta. Sin embargo, hay que tener cuidado, pues Emilia suele agarrarles la cara como si quisiera quedarse con su nariz, o jalarles el cabello para asegurarse de que no se cae como el de Lucio (el perro de la casa, que le deja las manos llenas de pelos). También tiene la mala costumbre de morder, aunque ya menos frecuente. Le aseguro que a pesar de todo, Emilia es muy cariñosa e inteligente. Cuando nos ha lastimado, sabe que hizo algo indebido y lo compensa con una lluvia de besos, caricias y abrazos, bálsamo eficaz que hace olvidar cualquier agresión previa. Claro que estas demostraciones de arrepentimiento, no las manifiesta con personas a las que no les tiene cariño, lo cual habla de una persona franca, que no se anda con hipocresías.

Pasando a un tema, digamos, pantagruélico, quiero decirle que Emilia no suele hacerse popó en el pañal. Cuando siente la necesidad, reproduce un sonido propio de un pujido, y la cara auténtica de un tremendo retortijón, como aviso efectivo de lo que está por venir. Si usted está pendiente, y en el acto logra llevarla al escusado, bajarle el short, quitarle el pañal y sentarla, verá que no tendrá que limpiar inmundicias, ni soportar malos olores. Es importante mencionar, que a Emilia no le gusta quedarse con el short en los tobillos, como hacen la mayoría de los mortales, y habrá que liberarla de él justo después de haberla sentado en el retrete.
Como ir al baño no es cualquier cosa, y toma algo de tiempo, es imprescindible ofrecerle algún material de lectura que pueda interesarle, y no forzosamente este tendrá que tener ilustraciones, en casa, puede pasar horas entretenida con una carpeta del Gymboree que sólo contiene fichas técnicas llenas de texto sobre aspectos que instruyen a los padres (aunque nunca las hemos leído) en la estimulación temprana de los infantes, y una hoja que le inserté con payasito para colorear.
Una vez que Emilia haya hecho popó, o usted decida, a pesar de ella, que ya es mucho el tiempo que le ha dedicado a esta actividad, puede usted levantarla y pedirle que se despida de sus heces antes de hacerlas desaparecer.

En lo que respecta a sus alimentos, no es de muy buen diente. Le gustan los sabores fuertes: el limón, la sal y el chile piquín (como a su abuelo). También saborea lo verde y pequeño, como los chícharos, ejotes, aceitunas, incluso los nopales picaditos.
Hace unos días descubrimos lo bien que come lo que lleva salsa catsup, y aunque la crema le encanta, no sirve de nada aderezar con ésta algo pues sólo la chupará.

Usted disculpará Miss Lety si Emilia no llega al Kole muy bien peinada. O si su raya está como carretera de curvas peligrosas. Pero es que nunca se está quieta, y toma a juego cuando le digo que no debe moverse mientras la peino. En ocasiones hasta se me escapa para provocar que yo la persiga.

Poco a poco ya la irá conociendo. Es un angelito un poco travieso, pero devoto, y lo comprobará usted cuando la vea santiguándose: hace con su manita una seña sobre su cara (una cruz surrealista y abstracta que más bien parece un infinito vertical) y besándose los deditos. Eso sí, con mucho fervor.
No le mando esta carta Miss Lety porque ahora que la estoy terminando, me doy cuenta que de nada serviría, pues día con día cambia y nos sorprende. Pero que quede ésta de testigo de lo que hoy es mi Emilia.

Su mamá


Abril 2008


Ayer cuando la Sra. O dejó a Emilia en el Kole, Miss Lety le pidió amablemente que esperara pues la directora estaba despidiendo a una persona pero quería hablar con ella. Fue entonces cuando la Sra. O recordó sus años de colegiala y sintió miedo. Cuando a un alumno lo mandan llamar de la dirección, es seguro que conoce el motivo y la espera, aunque ansiosa, puede convertirse en valiosísimos minutos para elucubrar una o varias explicaciones, excusas o coartadas que reivindiquen su postura. Pero en este caso, la Sra. O no tenía más que sospechas, a las que no podía inventar una razón que la disculpara, pues finalmente no era ella la responsable directa de lo que en su ausencia hiciera o dejara de hacer Emilia.
Los niños dejaron de llegar. Los papas ya se habían ido y el atrio del colegio había quedado vació. La Sra. O empezaba a impacientarse. Finalmente la hicieron pasara donde la esperaban la Directora de Español y Miss Lety.
La recepción e introducción fueron realmente halagadoras: Emilia es una niña muy participativa, siempre alza la mano primero y hace los ejercicios como ejemplo para sus compañeros, además es cariñosa; ella junto con la maestra recibe a sus compañeros con un fuerte abrazo y un beso sincero; le encanta ayudar y les recibe a todos sus mochilas mismas que acomoda en un lugar destinado.
La Sra. O se irguió como pavo real y reafirmando lo dicho por la maestra dio varios ejemplos de cómo Emilia en su casa demostraba cariño, gusto por involucrarse y ayudar.
Entonces retomaron la palabra las autoridades escolares y se hizo el silencio. Estaban realmente preocupadas porque Emilia mordía.
La Sra. O recordó que el día anterior Emilia se mordía el brazo y repetía constantemente: Ana, Ana. También el abuelo había comentado que Emilia le contó que mordió a Ana, y cuando su papá llegó de trabajar también lo había enterado del asunto.
-Mordió a Ana, dijo la Sra. O.
-Sí, dijo consternada la maestra,- y quién sabe cómo pero la mamá de Ana sabe que fue Emilia. La señora tiene varios hijos y aunque entiende, no deja de sentirse enojada.

Emilia había mordido a Ana en el cachete y al parecer muy fuerte porque hasta hielo le pusieron. La Sra. O preguntaba a la directora qué debía hacer, pues no tenía más hijos y desconocía la forma de erradicar la conducta. Confesó que antes también Emilia mordía en casa, pero ya tenía algunas semanas que había dejado de hacerlo. Y lo había dejado de hacer por decisión propia, porque la Sra. O había probado todo lo que los artículos de las revistas especializadas recomiendan: la técnica de la abuela; el “noty step” de su comadre la inglesa; el grito desesperado; regresarle la mordida y otros más que no causaban en Emilia más que risa. Desafortunadamente ni la directora ni la Miss Lety, tenían una solución.


Mayo 2008

Cronología de los hechos que siguieron a la plática con las maestras

En las semanas que siguieron a la plática con las maestras, la preocupación de la Sra. O en fue en aumento. Cuando parecía que todo mejoraba, vuelven a llamar a los Sres. O y les solicitan contratar una sombra para que cuide a Emilia y evite sus agresiones. Los inexpertos Sres. O un poco asustados aceptan pero cuando Ani la madrina se entera monta en cólera y los hace reaccionar para que no lo acepten.

01
Después de varias opiniones, los Sres. O hablan con Marijó, una psicopedagoga compañera de trabajo de la Sra. O. Marijó impresionada por los aspavientos que hace el Sr. O cuando habla, asegura que la niña es ansiosa por herencia y que habrá que canalizar su ansiedad de otra forma. Los Sres. O sugieren al Kole la visita de Marijó para que observe y oriente a la maestra y a los padres.

05
Marijó tras varias sesiones, opinó que la inexperta maestra jugaba el rol de secretaria de los 15 licenciaditos y que estos eran tan exigentes que no se daba a basto. Por otro lado la Sra. B amiga de la Sra. O, atestiguó como la maestra estaba sola con 15 niños (desquiciada porque unos se le escapaban, otro se embarró de popó y además no quería soltar de la mano a Emilia no fuera a morder a alguien) mientras la ayudante regresaba al Kole muy campante de la tiendita comiendo papas.

15
Emilia vuelve a morder. La directora del Kole sugiere nuevamente la sombra, y que no se presente Emilia mientras no se le haya contratado. Los Sres. O deciden sacarla.

20
Después de que la Sra. O visitó varias escuelas y queda encantada con la Miss T y el Colegio D, Emilia entra a esta nueva escuela y recibe una calurosa acogida.



Julio 2008

La Sra O trataba de recordar si la concepción de Emilia no había coincidido con la afición del Sr. O por las novelas de vampiros.
Pero aquel instinto caníbal fue disminuyendo a medida que su boca se ocupaba en ordenar letras, maniobrar palabras, reproducir frases y aplicar conceptos. En fin haciendo esto lograba resultados mucho más precisos y de más provecho que enterrando sus colmillos.

Después de haber pasado la prueba de admisión en el Colegio D (tras un mes con saldo limpio, dos intentos fallidos pero 10 mordidas en su contra: situación que reivindicaba su imagen y la colocaba en posición favorable) llegó a Londres a atemorizar con sus finos colmillos no sólo a su prima Inés de 3 años, sino a María de 9 y Rafaela de 8.

La impresionó el Big Ben que había visto antes en los libros (The Backyardigans pag.3 y Peter Pan ) pero eso no evitó que recorriera los parque en su nuevo patín del diablo, al acecho de cualquier inglesito incauto que creyendo en su dulzura, se dejara tomar la mano cariñosamente para recibir el beso letal.

Sin embargo a su regreso a Cancún mostró un comportamiento aceptable en los cursos de verano. En tres semanas sólo una mordidita recibió su viejo compañero del Gyboree, Andrés. Pero eso sí, sorprendió a todos con su decidida colaboración con la ecología y el presupuesto familiar, pues dejó de usar pañal durante el día. Por supuesto hubo algunos accidentes, (entre los más sorpresivos cuando se hizo pipí en casa de los abuelos sentada en el regazo de la Sra. O) pero sin duda ese verano Emilia dejó atrás la etapa de los peligrosos colmillos y como ella misma declaró: Ya no era una bebé, sino una niña chiquitita.


Septiembre 2008

Cuando todo parecía marchar mejor, Emilia empezó a sentirse a sus anchas en el Colegio D. Ya no tenía que portarse bien, pues empezó a ver que ahí los niños mordían, jalaban pelo y empujaban. Sí que pensó “de aquí soy” y comenzó nuevamente a las andadas, propinando de vez en cuando jalones de pelo y mordidas a quien tuviera cerca.
La Sra. O sin embargo, ya no estaba tan preocupada. La Miss T del Colegio D parecía ser experta y lo controlaba bastante bien. Al menos Emilia salía siempre con una sonrisa en la boca, y decía “Fulano mordió a Perengano; Zutano jaló el pelo a Mengano; Mordí a Diego; Le jalé el pelo a Ivanna”. También de vez en cuando mostraba como si fuera un trofeo, la marca de unos dientitos marcados en el brazo o la pierna y comentaba “Me mordió Mariandré”.

Sunday, March 23, 2008

Vocabulario de Semana Santa

áa áa á
Dormir, dice del abuelo cuando duerme su siesta.

Aba
Agua.

Abilá
La que le solapa todo a cambio de que coma. Nombre familiar Abuela.

Abú
El que le solapa todo y no la hace ni comer ni nada que no quiera. Nombre familiar Abuelo.

Adila
La que le hace de comer mejor conocida como Reina Adela.

Aca
Hombre simpático de nombre Alex, el mejor ejemplo es el vigilante de la privada de Argentina aunque aplica también para su tío Janito.

Acó
Líquido dentro de una botella que la abuela le dijo que no era crema sino algo como medicina y que tiene un cierto olor a algo que se toma el abuelo o se echa su papá todas las mañanas en la cara antes de irse a trabajar, nombre familiar, Alcohol.

Ahí o aquí
Cualquier lugar al que quiera ir o que alguien vaya.

Am
Quiero comer dame. O dice de la abuela porque la ve que come mucho.

Amé
Palabra que repiten mucho en misa y también su mamá al final de la oración.

Ana
Amiga del Kole a la que menciona con frecuencia y a la que confesó haber mordido antes de que mandaran llamar a su mamá para contárselo.

Andto
El que le da paletitas heladas, fritos y papitas, y la lleva a lavarse las manos a la alberca. Mejor conocido como Orlando Grande Gutiérrez.

Ani
Madrina que juega con ella y le regaló un vestido de princesa y le salvó la vida cuando se fue de cabeza en la alberca de Playa Linda.

Asha
Lo que le hacen decir siempre que alguien le da algo o le dice algo bonito.

Ashú
Color de sus ojos y los de su papá.

Atn
Palabra que dice con repeticiones constantes y cuyo significado queda aún indescifrado pero que no es atún.

Bi
Lo que se contesta cuando te preguntan ¿cómo estás?

Baita
Barrita que le robó a Matías su compañero del Kole de su lunch y ahora su mamá ya le compró las suyas.

Bicbi
Su tía madrina mejor conocida como Victoria Perry.

Bpabpa
Dinosaurio que vive en su tina, mejor conocido como Barney.

Chiria
Cereal.

Chocho
Chochos, normalmente se refiere a los homeopáticos que comenzaron tomando los abuelos y que ahora toma su mamá y ella también.

Cohco
Lugar donde le compran su leche mejor conocido como Costco.

Grrrrr
León, tigre o similares.

Guito
Juguito o similares.

Lili
Rana cantadora que le regalaron sus padrinos Ani y Ando (ver Otto).

Nena o nené
Su muñeca favorita y todos los niños y niñas que estén de su tamaño o más pequeños.

Mah
Más.

Mamá a
La que le da su mamila todas las mañanas, la obliga a vestirse con ropa que no quiere, la hace comer los alimentos que tira al suelo y hace sonidos repetidos como no no noooo.

Mamá
Bisabuela que juega con ella y se hospeda en el cuarto más alto de la casa de los abuelos, nombre familiar Mamayus. También hermano de su mamá, padrino y tío con quien habla a través de la computadora y causante de que la abuela le de una canastita y la obligue a tirar hojitas, nombre familiar Marco.

Mamilla
Mamila o mamá. ¿mamá mamila?

Mía
Emilia

Minimaá
Palabra cuyo significado aún desconocemos pero que es una de sus favoritas.

Oh ño!
Lo que dice su amigo Matías.

Otto
Ver Andto.

Pita
Conejo de peluche de nombre Peter Rabbit.

Pitba
Está picoso, o también aplica para algún objeto punzo cortante.

Ño
Negación.

Papá a
El que le da su bendición en la noche y en la mañana, cuando le lleva sus zapatos para irse al trabajo. El que le regaló su nena nueva, y baila y juega con ella. En pocas palabras, su papi Luis Miguel.

Papa
Alimento de consistencia dura, pero muy sabroso que le da Andto a pesar de su mamá.
Animales voladores varios que surcan los cielos haciendo ruidos maravillosos, casi todos de nombre cuervo o gaviota. Animal que hace cuack, cuack. A veces también Papá a. Pingüino de los Backyardigans conocido como Pablo.

Poito
Tío de nombre Adrián al que le gusta mucho dormir y tiene unos amigos re feos.

Popo
Chupón, o popó, lo que venga al caso.

Pu
Winnie de Poo.

Puf
Huele mal o está caliente según si es su calcetín o el té de su papá.

Ti
Afirmación.

Tilla
Pastilla, galletilla, quesadilla y similares.


Vamos, me parece bien, llévame, entre otras.

Vebe
Color de los ojos de su abuela y de Ani.

Yia
Ya estuvo bueno.

Yo
Ella misma.

Friday, March 21, 2008

Emilia Marceau

Enero 2008

Emilia aunque es chiquita, interviene en las conversaciones de los mayores, afirmando o negando con la cabeza, según le parezca lo que se dice. También imita los ademanes de los que platican, y si quiere hablar, utiliza la técnica del famoso Marcel Marceau. Con gestos, ademanes y movimientos de cuerpo, Emilia logra imitar a un director de orquesta para que le toquen la canción que desea; pide su chupón; alienta a alguien a sentarse a su lado; demuestra su desacuerdo o su emoción, incluso pregunta por su bisabuela señalando la foto y el cuarto en el que se hospedó durante las vacaciones.

Pero Emilia ha perfeccionado la técnica del famoso mimo, introduciendo sonidos con los cuales reproduce a un león, un perro, un gato, una vaca. Y también, por qué no, a sí misma; su propio pujido para indicar que debe ir al baño.

Sunday, July 08, 2007

Instinto Maternal

El instinto maternal surgió en Emilia cuando cumplió un año. Sus tíos Verónica y Joaquín, le regalaron una muñeca y desde el momento en que la vio, supo que era suya y tenía que cuidarla: la acogió con ternura en sus brazos y la arrulló.
Antes Emilia ya había sentido algo similar por un conejo de nombre Peter Rabbit, pero nunca tan fuerte como el amor que le inspiró aquella peloncita de apellidos Fisher Price, a la que bautizó su mamá como La Nena.
Lo que Emilia no sabía, era que aquella Nena suya no era la única. Lo descubrió en la misa sabatina de las siete de la noche, a la que acudía sin fervor desde que no tenía uso de razón. Ahí, saludaba a todos los fieles que tenía a su alcance. Su sonrisa pícara le arrebataba la devoción a cualquiera, y ese día, la de la silla de enfrente era una niña grande (tan grande como puede serlo una niña que lleva a misa un juguete), que atendía seriamente la ceremonia con una Fisher Price descansando en sus piernas.
En cuanto la vio, Emilia deslizó su manita sibilina entre los respaldos de las sillas, y como una experta ladronzuela tiró de la pierna de la muñeca causando un sobresalto en su dueña.
La niña, sorprendida y triste al ver que el culpable de aquel rapto no era alguien a quién pudiera reclamar, se valió de su hermana menor para que fuera a quitársela. Cómo la madre las vio, fomentó eso de “ser compartido” e hizo que las niñas se la prestaran a la pequeña desconocida. Pero la buena voluntad no le sirvió de mucho a Emilia, pues su mamá después de un ratito, agradeció el gesto y la devolvió.
Finalmente, la muñeca desapareció de la escena y Emilia se volvió la entretención de aquellas niñas en quienes también afloró el instinto maternal y jugaban con Emilia, haciéndola correr de un lado al otro, haciendo que les enseñara una foto suya que sacó de la cartera de su abuela.
Al llegar a su casa, Emilia sintió un gran alivio. Su madre no había dado en adopción a la Nena Fisher Price, al parecer había varias similares, y la suya, estaba tranquilamente descansando en su cama.

Saturday, June 30, 2007

Felicidades Emilia

Emilia,
Muchas felicidades!! Hace un año ya que llegaste a iluminar todas nuestras vidas. Eres la niña mas bonita del mundo. Te mando muchsiisisisisimos besos desde Londres y que disfrutes mucho tu primer cumpleaños en compañía de tus abuelos, tus papas y el tío Lucio Espero verte muy pronto.

Marco Turrent Liquid Capital Securities Ltd 95 Queen Victoria Street

Muchísimas gracias Parrino,
Mi Papá me hablo al súper para darme tu recado. Yo andaba con mi mamá de compras. Me compró una alberca inflable para que hoy en la tarde la estrene con unos amiguitos, me compró unos plumones "super lavable y no tóxico" que ya estuve probando y también un vaso con popote que no se tira como el que tiene el señorcito. Mi abuelo me regaló una libreta para que la pinte y bueno ahorita aquí estoy dando lata. Me sentía un poco mal pero me dieron una medicina y ya me siento mucho mejor.
Gracias por todo y te mando muchos besos
Emilia





Querida Marielita:

Muchas felicidades por el primer año de Emilia. Me contó tu mamá que estaba un poco mala de gripa y que partió su pastel. Ojalá se recupere pronto.

Marcela Eggleton


Marcela,
Muchas gracias. La verdad no tiene nada grave pero si ha estado mocosa y un poco malhumorada. Pero bueno ya está mejor y el día de su cumpleaños se la pasó muy bien. Hasta se le olvidó la gripa.
Les mando un beso a todos y muchas gracias.
Mariel

Monday, June 25, 2007

Por su propio pie

El 14 de Junio de 2007 en San Andrés Tuxtla, Veracruz, la tierra natal de su abuelo, su bisabuelos y otros ancestros, mientras su padres desayunaban con su tío- abuelo “El Chaparrito” en el conocido café del Hotel del Parque, Emilia tiraba de la mano de su madre, de su padre y de quién se hubiera dejado, para que le permitieran pasar esa frontera que se interponía entre la mesa que ocupaba su familia y el territorio desconocido de la mesa contigua.
Lo único malo era que Emilia estaba limitada por la corta longitud del brazo que la sostenía. Claro, también se podía detener de la silla, o de alguna pierna, pero aún así, no llegaría muy lejos. Ya había intentado gatear hasta el otro lado, pero en cada intento, su madre, instantáneamente, interrumpía su amena plática para reprimirla.
-¡No Emilia!, ¡no te arrastres que el suelo está muy sucio!
-¡No Emilia!, ¡no lamas el suelo, mi vida!
Por eso Emilia pensó que definitivamente había llegado el momento. Sus papás estaban muy entretenidos y no había otra forma de llegar hasta allá, si no era por su propio pie.
Así que, como quién no quiere la cosa, se lanzó sola a recorrer un par de metros, asumiendo los riesgos que esto implicaba.
Su hazaña provocó que la plática se interrumpiera. Y cuando llegó al otro lado, el silencio que la acompañó en su recorrido, se rompió y recibió un merecido vitoreo que la hizo sentir muy bien.
-¡Bravoooooo!
Definitivamente estaba dispuesta a hacer cosas intrépidas como esa a cambio de esos aplausos.



En su regreso a México estuvo sentada en el coche. Aunque pararon en Orizaba, y pudo tomarse una foto con la famosa Hormiga con su paraguas, y el Negrito Bailarín, no tuvo oportunidad de caminar pues casi siempre estuvo cargada. Lo mismo pasó al llegar, los brazos de sus abuelos, de su madrina, los de sus tíos y hasta sus bisabuelas la estaban esperando. ¿Para qué esforzarse, si con un simple gesto le cumplían sus deseos?
¡Qué linda fiesta le hizo su madrina! Partieron una piñata de Tigger y un pastel de Bu, (una niña de colitas como las que le hicieron ese día a ella).


Por eso, no fue sino hasta un día antes de cumplir el año, cuando volvió a caminar completamente sola. Sucedió en Cancún, en la oficina del Arquitecto Fer Almeida. Mientras su mamá le ponía y le quitaba cosas a unas hojitas y Fer Almeida atendía su teléfono, que sonaba una y otra vez, Emilia se aburría, pues había inspeccionado todo lo que tenía a su alcance, y sufría nuevamente las censuras de su madre que no quería que gateara en el piso. Entonces Emilia vio llegar a una señora con una escoba y un recogedor, y curiosa por descubrir lo que la señora hacía, aprovechó una distracción de su madre y decidió lanzarse y romper un nuevo record, que la llevó a recorrer más de 4 metros. Desde ese día, Emilia se mueve por donde se le antoja, con la esperanza de encontrar algo interesante, de preferencia, una escoba.

Thursday, June 07, 2007

La Alpinista

2 de Junio 2007

Como un aprendiz de alpinismo, sin dificultad alguna, pero tomando todas sus precauciones, Emilia baja de espaldas, venciendo el miedo.
Papá observa a Emilia. Está sentada en el sillón y hojea una revista por el puro placer de sentir el papel y ver pasar colores y formas. Papá comenta algo con mamá y voltea nuevamente a ver a Emilia. ¡Ahora Emilia está parada frente al sillón! Y la revista está en el suelo, porque Emilia sabe que el ruido que provoca al caer hará que su madre también voltee a verla. Así, Emilia iluminada con el asombro de sus padres y como si en un escenario los reflectores fueran testigos de cada uno de sus movimientos, repite su grandiosa hazaña y trepando para nuevamente bajar solita del sillón.

Sorpresas

24 de Mayo 2007

A Emilia le gusta sorprender a los demás. Y lo hace con cosas simples, pero importantes. Como el día que dejó a su mamá con la boca tan abierta como el cenote que vio en Valladolid; y al abuelo tan esponjado y orgulloso como un pavor real de plumas azules que conoció en ese mismo viaje.
Ese día estaban en la oficina. Su mamá trabajaba apurada en la computadora, absorta en su tarea, aunque pendiente de Emilia. Como dicen por acá: con un ojo al gato y otro al garabato. El abuelo también estaba en su escritorio trabajando, pero como siempre, dejó todo para atender el llamado de su nieta que reclamaba atención.
–A ver, Emilia, ¿dónde está tu pájaro?, le preguntó refiriéndose a una guacamaya que acompañada de una vaca, un tiburón, un chango y una muñeca, se congregaban a su alrededor. Entonces, Emilia escogió de su colorida e inerte fauna a ese pájaro gordito de textura suave, para dársela al abuelo. – ¡Muy bien! ¿y dónde está el chango?, continuó el abuelo, mientras Emilia le entregaba a un espécimen rosa, amarillo y morado que decían era un chango. Y luego a la vaca. Y luego al tiburón. Y luego a su muñeca Margot. Al mismo ritmo, su mamá fue volteando lentamente. Abría la boca más y más. En tanto que el abuelo se inflamaba de orgullo. Y es que a Emilia, le gusta que la miren, que le pidan cosas. Pero lo que más le gusta, es hacer sonreír al abuelo y distraerlo, pues se ve muy serio y aburrido trabajando.

Sunday, May 20, 2007

Pula Mugle

La frase más atinada que ha oído Emilia a su corta edad, la escuchó de una niña que, a decir verdad, no se acuerda cómo se llama, pero que para efectos de este cuento y por tratarse de un personaje importante en la trama, la llamaremos Natalia.
Natalia se encontraba de visita en casa de su tía y para que no se aburriera, la llevó al parque. Ahí estaba Emilia, jugando con unas piedritas. Natalia curiosa se acercó a ver a la niña que le pareció una bebé, aunque no era más que un par de años más pequeña que ella.
Emilia se divertía moviendo sus pies en un cajón de grava, y de vez en cuando tomaba una piedrita y se la trababa de meter a la boca, sin éxito. El vigilante de nombre Alex, regaba el pasto mientras repetía: “!grava, güera, grava!”.
Entonces se acercó Natalia, para demostrarle a aquella pequeña cómo podía meter las manos en aquellas piedritas blancas. Emilia, que es buena alumna, ni tarda, ni perezosa, empezó a imitarla. Natalia llegó al fondo donde había tierra y empezó también a rascar ahí. Pero eso en nada cambió su aspecto, desde que llegó al parque, Natalia ya traía en los pies, las manos y la cara, la evidencia de que era una niña libre de reglas, limitaciones y convencionalismos; nada le impedía conocer el mundo tal cual se le presentaba impregnándose las uñas, la piel y la ropa de sus colores.
Emilia no gozaba de la misma suerte. En cuanto su madre vio que las manos de Emilia empezaban a llenarse de tierra, la invitó a dejar de escarbar, a lo que ella molesta respondió metiéndose un puño de grava a la boca. Fue entonces cuando Natalia con un aire de sabiduría dijo: “cree que sabe rico, pelo saben a pula mugle”.
Desde entonces, Emilia comprueba a cada instante lo mucho que sabía aquella niña, pues la mayoría de las cosas que se lleva a la boca, saben “a pula mugle”, pero siempre le traen a la mente, el hermoso recuerdo de aquella libre paloma: Natalia.

Friday, February 23, 2007

El Espejo

16 de Febrero de 2007

M, la mamá de Emilia, hace mucho tiempo que no se mira al espejo.
Cuando llega la noche, con una sonrisa cierra los ojos, abraza la almohada y recuerda cada momento del día satisfecha. Pero en sus pensamientos, no se puede ver. No puede hacer memoria de su cara, de su peinado, de si estaba rozagante o pálida, si lucía fresca o fatigada. Entonces abre los ojos y le pregunta a L (el padre de Emilia): ¿Cómo me veía hoy? Y L contesta entre sueños: guapísima como siempre.
Lo cierto es que M hace mucho tiempo que no se mira en el espejo porque Emilia tiene su mirada cautiva. Tampoco se concentra en la computadora mientras trabaja, pues de reojo persigue a Emilia que juega en el suelo de panza y como un reptil va en busca de lo desconocido, o recorre cada rincón de la oficina en su andadera (cómo le enseñó el abuelo), abriendo cajones, jalando cables y arriesgando su cabeza al pasar por debajo de las mesas que tienen unas molduras muy elegantes pero peligrosas. M ya no ve al cielo, ni al mar, porque observa pestañear a Emilia cuando el viento acaricia su cara o el sol la deslumbra; la ve encoger los dedos de los pies para no sentir la arena o tocar con precaución el pasto con su manita. M ya no se mira al espejo porque a un lado de su reflejo hay uno mucho más hermoso, una niña sonriente que dialoga con esa reverberación que le enseña las encías, frunce la nariz y guiña los ojos.

Thursday, December 07, 2006

En la sala de espera

7 de Diciembre de 2006

Emilia está en la sala de espera del pediatra. Y demuestra una seriedad como pocas veces se le ha visto. Estira su cuello -como aquel pájaro que su mamá veía saliendo del nido frente a la ventana cuando ella nació- para librar el lateral de la carriola que le estorba y así ver a una niña de tez chocolate, con lentes de armazón azul metálica.
La niña está también muy seria. Por eso, Emilia no emite sonido alguno, y sólo asoma sus ojos azules. Algún día la abuela le prestará sus lentes que dicen que están muy “cool” y Emilia volverá a la sala de espera del pediatra para mirar de frente, con sus lentes azules, a esa niña tan seria que hoy la intimida.

Tuesday, December 05, 2006

La Devoradora

27 de Noviembre 2006

A sus pocos meses de vida. Cinco para ser exactos. Emilia se ha convertido en una devoradora de libros. Todo empezó cuando Alicia le regaló un par de libros de títulos interesantes: ¿Quién vive en el estanque?, de Julio Aigner-Clark y Osito Polar de autor desconocido. Emilia no sabe si esto del autor desconocido es lo que le atrae, pero ciertamente tiene algo misterioso que le parece fascinante. Todas las mañanas, al iniciar el día, sus papas la sientan en el sillón familiar mientras caminan de un lado al otro apresurados. A su alcance está siempre su libro Osito Polar y su elefante rosa que le hace compañía. Este libro tiene una cualidad muy interesante; se puede arrugar, chupar, voltear al derecho y al revés, estirar una página con mucha fuerza e incluso tumbarse sobre él de panza o jugar a las luchas y no le pasa nada. Siempre se conserva hermoso y en buen estado. Osito Polar está hecho de tela con ilustraciones impresas de brillantes colores, tiene una atractiva pasta de peluche blanco, deliciosamente suave, como seguramente es la piel del protagonista, y cuenta con un broche para cerrarlo y una agarradera en el lomo que facilita llevarlo de un lado al otro, donde le han bordado con unas letras rojas el título: Osito Polar (aunque su papá lo llama Osito Polar Peluche). El texto es muy pegajoso, sus padres lo han aprendido de memoria y no es necesario que ella se los preste para que se lo lean, ellos lo recitan a dos voces, con entonaciones divertidas mientras ella trata de deglutir sus páginas viéndolos pasar de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.
¡Lávate los dientes Osito Polar! Dicen sus papás a coro y sonriendo. Y por eso ésta es su frase preferida. Cada vez que la mencionan, haciendo buen uso de esos signos, ellos se detienen frente al sillón a mirarla y Emilia también los mira atenta y sonríe ampliamente.
Pero en realidad Emilia no sólo es una devoradora de libros, devora todo lo que tiene enfrente: elefantes rosas, borregos con moños (le encantan sobre todo los moños), conejos de estómago ausente, vestidos de flores, baberos con letras, etiquetas (le encantan lamer las etiquetas, como si fueran obleas delgadísimas que le acarician la lengua) gatitos de cuadros blancos y orejas azules con amarillo, perros rojos con espirales, las greñas de estambre de su muñeca Margot, la mano saladita de su mamá, el brazo peludo de su papá, el frío reloj del abuelo, el arete, los anillos o la blusa de la abuela, incluso, cuando no hay nada más interesante a su alrededor, se mete a la boca las dos manos, o sus pies sabor a queso (de preferencia sin calcetines), para lo cual la boca le ha quedado un poco chica. Seguramente es porque el doctor les dijo a sus padres que Emilia sólo debe tomar leche hasta que cumpla los 6 meses, y ella ya se siente lista para probar otras cosas, esta limitación la tiene impaciente.
Por ahora Emilia no tiene dientes, pero seguro que si sigue así, cuando llegue el momento de saborear todo aquello que se le ponga enfrente, sus padres le dirán a coro ¡Lávate los dientes Emilia Polar!

Wednesday, November 08, 2006

Buscando Sonrisas

2 de Noviembre de 2006

Emilia ha decidido dejar atrás sus infantiles “agu, egu” y sus “herre” , o será “heureux” como la palabra francesa “felicidad”. No sabemos. En realidad Emilia sólo estaba experimentando con diferentes sonidos y el efecto de estos en las caras que veía. Como resultado de estos experimentos, se ha dado cuenta de que existe una sílaba ganadora. El primero en reaccionar ante ella fue su padre. Sorprendido y un poco celoso, llamó a su madre que estaba en el jardín y le dijo: “ está llorando porque quiere que tú vengas, te habla a ti”. Claro que su mamá no le creyó, pero un par de días después lo pudo comprobar con sus propios oídos por eso Emilia ha decidido no dejar nunca de repetir esta silaba mágica “ma” y la repite cerca de dos mil quinientas veces al día: suave y pausado “ma ma ma”; enérgica y rápido “mamamamamamamamama”; con largas y cortas “maaaaaa, ma”; con puras largas, “ maaaaaaa, maaaaaaa, maaaaaa”. Y la combina con diversas entonaciones, y gestos: alegres, tristes, de asombro, de prudencia, de vergüenza, de timidez, de dulzura y de diablura. Como resultado: obtiene la inevitable atención de todos, seguida de frases y gestos de asombro, de ternura, de amor, caricias, abrazos … ¡Wow! no hay quien se resista a esta sílaba. Pues qué querrá decir, se pregunta Emilia.

Pero no hay sonrisa que más le guste a Emilia que la de una niña que conoció el otro día, cuando su madre la bañaba en casa de los abuelos. Estaba un poco molesta porque ya a esa hora tiene hambre y sueño y siempre tiene que esperar al baño antes de poder saborear su deliciosa leche. Así que seria y malhumorada se resignó al “agua patos” en su pequeña tina blanca que colocan sobre el lavabo. Fue entonces cuando Emilia volteó a la izquierda y vio que ahí había otra tina blanca y otra niña con mala cara. Emilia quiso sonreírle para crear empatía, y se dio cuenta que la niña sonrió. Eso hizo muy feliz a Emilia. Su madre notó la diferencia y con tal de que esté feliz a la hora del baño, siempre invita a la misma niña para que Emilia sonría.

Causa y Efecto

19 de Octubre de 2006


En las últimas dos semanas Emilia ha descubierto otras actitudes.
Primero que nada se ha dado cuenta de que puede emitir sonidos estridentes. En su primer ensayo, a la hora de la comida, sus abuelos y su madre que discutían los acontecimientos del día, repentinamente se quedaron mudos y la voltearon a ver alzando las cejas y abriendo los ojos. Su padre en cambio se ha reído desde el primer momento y ha hecho comentarios que a ella le han parecido de aliento, por lo que ha continuado con su práctica y uso, especialmente en los momentos en que hay ruido y quiere hacer notar su presencia.
También se ha dado cuenta de que la gente no está acostada todo el tiempo, como ella, y ha hecho su mayor esfuerzo por adoptar esa posición erguida que tanto admira. Entre sus intentos se ha empujado con las piernas tratando de levantar el cuerpo empezando por los pies, las piernas, la cadera y la espalda, pero le ha sido imposible levantar los hombros. Parece que estos no están tan de acuerdo con esto de levantarse. En un principio pensó que era la cabeza la que no quería enderezarse, pero algunas veces que ha estado sentada, ha sido la misma cabeza quién la ha impulsado hacia delante intentando una y otra vez lograr la postura deseada. Sin embargo sus esfuerzos por ahora han sido inútiles. No se dará por vencida hasta lograrlo.
Hace algunos días, Emilia descubrió un objeto brilloso en la muñeca izquierda de su madre. Después notó que su padre también lleva uno, y observando con mayor detenimiento, detectó otro en el abuelo y uno más en la abuela. Se le ha presentado la oportunidad de analizar el de su madre. Lo ha visto muy de cerca y ha tratado incluso de probar a qué sabe. Pero su madre, al parecer alguna razón tal vez obscura, se lo ha impedido. Sin embargo, Emilia no pierde la oportunidad y cuando su madre se encuentra distraída vuelve a intentarlo.
Como acaba de darse cuenta de la fuerza que tiene en sus manos, ahora Emilia no sólo las deja caer, sino que tratando de dirigirlas a un lugar en específico, (como por ejemplo el objeto brilloso que llevan todos en la muñeca) imprime en este movimiento toda su fuerza que se estrella contra otro objeto y produce un “clock” que asombra a la gente a su alrededor.
Desde el 2 de octubre descubrió que sus manos no sólo sirven para dar golpes sino para alcanzar objetos y apretarlos también le parece maravilloso, pues tiene un conejo inglés que le regaló su padrino, que ha sido el primero en elevar por los cielos, e incluso aventarlo a distancias inimaginables. También ya le jala intencionalmente el pelo a su papá y le arranca el arete a la abuela. Y aunque todos parecen muy felices con sus descubrimientos a las 5 PM cuando ya esta harta de estar encerrada y en posiciones horizontales, también descubrió que puede hacerlos cambiar, con un llanto incontrolable de esos que se tuerce la boca hacia abajo y se jadea un poco, logra que la cara de su papa cambie de color a uno más pálido, que la cargue y la lleve a pasear.

Recordando a la Familia

Emilia duerme, y es tal vez en ese sueño placentero, que recuerda la sonrisa de su bisabuela Ana, a la que su madre llama Mamatita. A sus 90 años Ana vive en un lugar muy bonito en el Lago de Guadalupe. Es una estancia para viejitos, escondida en el bosque, donde tiene un cuarto lindo y acogedor. Está atendida por enfermeras y doctores, y tiene otros compañeros en su misma situación. Pero eso a la bisabuela no le interesa, prefiere dormir, no le gusta salir al jardín ni mirar por la ventana. Hace varios años, cuando perdió a su hijo Sergio, sufrió una embolia, por eso no habla. Le cuesta trabajo articular las palabras y cuando la visitan, se desespera y prefiere guardar silencio o regresar a la cama. Pero este día fue diferente. La llegada de Emilia fue para ella una sorpresa. Aunque no parece entender que la niña es su bisnieta, no ha dejado de decirle “qué bonita, qué bonita” y después se dirige a sus padres y les dice “es muy sonriente” y Emilia se ríe y gorgorea, mueve las manos como si quisiera platicar con ella, como si supiera que con sus ruiditos, contagia su felicidad.

Quizá Emilia, en este sueño placentero revive sus escasas memorias, y ve también a su otra bisabuela, Mayus, que hizo una fiesta y cocinó especialmente chiles en nogada (aunque a Emilia ni se los dejaron probar). De momento su sueño se pone intranquilo, recuerda mucho ruido, mucha gente, igual que el día anterior, en la primera comunión de su primo Rodrigo, otra fiesta así ya no le gusta, por eso prefiere irse a dormir con su papito una siesta, o regresar al momento de su llegada a San Miguel, cuando su abuela Cecilia, adornó el cuarto del hotel para sorprenderla a su llegada. ¡Hay tantos regalos, globos serpentinas y confeti! Emilia no entiende nada de esto, pero le encantan los colores, y siente la felicidad que la rodea, tal vez son por eso sus “agu, egu, herre” , sus trompetillas y babas. También, por qué no, ese llanto articulado de sílabas importantes (maaaa maaaaa aguaaaaa maaa guaaa maaaa maaaa).
Mientras sueña y recuerda, Emilia de piernas y brazos abiertos, abraza al mundo como un ángel con sus alas extendidas alabando a Dios.




Un Papalote

26 de Julio de 2006


Emilia reposaba en la cama de su nueva casa tranquilamente. Estaba muy despierta a pesar de tener tan sólo un mes. Su mamá la observaba al mismo tiempo que desempacaba una mochila con libros, pañales y biberones. La televisión era un objeto nuevo para ella, aunque estaba apagada. También lo era una pelota de colores que le habían regalado. Pero definitivamente lo que más le llamaba la atención era un papalote que volaba a través de la ventana de la casa de los abuelos huyendo de los ladridos de Lucio, el perro. Tal vez porque con él, inició sus primeros e imaginarios vuelos.

Tuesday, August 08, 2006

Una cancioncita que le compuso papá

Voy nadando por el mar
Voy nadando en la laguna
Me persigue un tiburón
Ya regresenme a mi cuna